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NeweN: la unión hace la fuerza




El pasado sábado 31 de agosto se dieron cita varias bandas de metal en un bar capitalino. La velada prometía un tributo a bandas legendarias del género como Korn, Limp Bizkit, Slipknot y Deftones y también tendría, como abrebocas, la presencia de una banda invitada que rompería el hielo con sus temas propios y le regalaría al público un show auténtico de Nu Metal. Estas letras se dedican justamente a reseñar el show que ofreció la banda bogotana NeweN como apertura a las bandas tributo.

NeweN entró a escena con una energía arolladora. Los cinco músicos se alinearon frente al público y tras un breve saludo, comenzó la música. La pista del DJ entró primero y luego, sobre ella, la batería, la guitarra, el bajo, y la voz se unieron en un solo sonido: oscuro, grave, distorsionado, intenso, áspero y punzante. Así, en un acople impecable, la banda logró crear una atmósfera auténtica que se mantuvo durante todo el show.

Su música, enmarcada en el subgénero del Nu Metal (metal alternativo o nuevo metal), combina elementos de otros géneros como el hip-hop, el rock y el heavy metal. Así, aludiendo al rap, predomina el ritmo sobre las melodías: la voz es primordialmente recitada y la construcción de las letras es basada en versos cortos, rítmicos y a menudo sincopados. El vocalista domina ampliamente la voz gutural o death growl, típica de otros estilos como el heavy metal o el death metal. En todos los temas utilizó esta técnica y se lució alternando los registros graves y agudos, cambiando de octavas y, en breves instantes, alternando la voz gutural con la voz natural. Los samples del DJ son también una de las influencias del hip-hop en este género. Las pistas y los scratchs reforzaron el carácter rítmico, la textura densa y esa atmósfera eléctrica y áspera que caracteriza a la banda. Por su parte, la batería evocó géneros como el rock y el punk, fue veloz, contundente, asombrosamente precisa y compenetrada con los grooves cortos y cíclicos de la guitarra y el bajo.

El ensamble de la banda fue indiscutible; cada una de las partes estuvo perfectamente mezclada, coordinada y sincronizada. Los cortes fueron exactos, las secciones climáticas estuvieron muy bien construidas, logrando cada vez mayor intensidad en la música y en la energía. Los picos de tensión de cada tema estuvieron acompañados por una puesta en escena igualmente acorde: saltos sincronizados con los golpes de la batería, miradas cómplices y un headbanging (cabeceo) potente en el que los dreadlocks del vocalista, de casi un metro de largo, volaron por el aire y convirtieron estos instantes en perfectas escenas cinematográficas.



Además, es de aplaudir la actividad creativa de la banda, que presentó un show con sus temas originales. Sus letras, en español, están bien construidas por medio de versos y rimas que hacen contrapeso al sistema y se desahogan con gritos y descargas intensas. La estructura de las canciones, sin embargo, se empezó a tornar un tanto repetitiva pues manejan una curva muy similar entre sí: empiezan con estrofas y coros contundentes e intensos, llegan al punto climático, pasan a una sección contrastante de menor tensión o corte súbito hacia el silencio que da la sensación de fin y luego retoman sorpresivamente con la misma intención del inicio para terminar de forma repentina y cortante. Si bien la fórmula es exitosa, puede tornarse monótona y dejar de sorprender al repetirla. Uno de los temas que se desprendió de esta estructura fue Bogocaos, uno de sus sencillos más recientes. Las estrofas se alternan con secciones de mayor actividad rítmica, lideradas por la batería, cuyos patrones rítmicos hacen referencia al punk. Otras secciones de transición con menor tensión e intensidad fueron lideradas por líneas melódicas de la guitarra que refrescaron la atmósfera densa y le dieron variedad a la textura.



Durante el show de NeweN solo extrañé más secciones solistas que permitieran que ese coctel poderoso que es la banda completa, se separara por ratos y permitiera degustar cada uno de sus ingredientes virtuosos. Sin embargo, tampoco es común encontrar solos en el subgénero del Nu Metal y esta es una de sus principales diferencias con el metal. De todas formas, las secciones de transición en las que hay un claro protagonismo o liderazgo musical por parte de alguno de los instrumentos podrían explotarse aún más para diversificar la atmósfera y la curva del show en general. Por lo demás, NeweN representa a la perfección el significado de su nombre en lengua mapuche: fuerza. Fuerza, pero no bruta, ni violenta ni invasiva. Es una fuerza en doble vía, tal como el palíndromo que forma su nombre: fuerza que proviene de la conjunción correcta de energías, producto de la unión y resultado de la complicidad. 



Irene Littfack



NeweN

Erwin Cortés - Guitarra
Mando Barbosa - Batería
Jesid de los Ríos - Bajo
Berserk Shibumi - Voces
D.A.T.A. - Samples - Scratches


#CríticaMusical


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