Ir al contenido principal

Vibras: el relato exitoso de J Balvin


Si hay algo asombroso en el último disco de J Balvin, lejos de sus cuestionables habilidades vocales, es su concepto y estructura. Desde la combinación de diferentes géneros musicales, hasta el contraste de velocidades o el orden y función de cada canción en el disco, el criterio responde a una estructura musical clásica que es completamente brillante, efectiva y satisfactoria para el oyente.

El primer tema que presenta se titula Vibras, igual que el álbum, y funciona como preludio, una forma musical muy popular desde el siglo XVIII que introduce lo que va a suceder mientras arroja pistas sobre las melodías que se desarrollarán más adelante. Preservando esa noción, la voz en colaboración de Carla Morrison entra sobre un ritmo lento que evoca los latidos del corazón y es más cercano a la electrónica experimental que al reggaetón. Después de un minuto y para cumplir la función de preludiar el disco, comienza a sonar cada vez más lento la melodía pegajosa que se repite como mantra durante el segundo sencillo: el hit Mi gente.

Esta astuta y fascinante manera de llevarnos de la electrónica al reggaetón es solo un indicio de lo que sucede en el disco, que nos pasea constantemente de un género a otro y revela otra fórmula tradicional de la música: intercalar una canción rápida con una lenta. Como en literatura, en cine o en música, los productores del disco encontraron la manera de introducir, desarrollar y concluir ya no una canción sola, sino un álbum entero, en el que añadieron un interludio –En mí–, que vuelve a ser una audaz metáfora de las estructuras clásicas de narración.

Yendo más allá de lo formal, este álbum revoluciona la música urbana por lo alto, pues postula al reggaetón como género unificador de la riqueza musical del Caribe, Latinoamérica y la península Ibérica. Así, el colombiano –o sus productores– logra conectar elementos del reggae en Ambiente, claves de salsa en el background rítmico de Mi Gente, del trap en Ahora, de dancehall y samba en Machika, de flamenco y trap en Brillo (con Rosalía); hace seis colaboraciones con artistas del continente y reúne idiomas como portugués, español y papiamento quizá con la intención de mostrar que su música está borrando fronteras y ha creado una identidad global, una bomba rítmica y, por supuesto, una máquina de hacer monedas.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Análisis del Preludio para clarinete solo de Krzysztof Penderecki

***Análisis musical*** Krzysztof Penderecki es uno de los compositores vivos más reconocidos en el ámbito de la música académica del siglo XX. Nació en Polonia en 1933 en un contexto histórico de guerra y conflicto mundial que influyó de manera especial en sus composiciones y su forma de abordar la música. La Trenodia para las víctimas de Hiroshima y La Pasión según San Lucas son dos ejemplos que dan cuenta de esto; el mismo compositor se refiere a la música como una fuente de esperanza tras las tragedias sucedidas en el Siglo XX, tales como el holocausto y las Guerras Mundiales. [...]sin Bach nunca podría haber escrito mi pasión. [...] Tomé el arquetipo de la Pasión, para expresar no sólo el martirio y la muerte de Cristo, sino la crueldad de nuestra propia era, el martirio de Auschwitz. A través de la tensión y el drama de la música, quise arrastrar al público al centro de los eventos, como sucedía en el caso de los mystery plays medievales, donde nadie quedaba al margen.

Tres piezas para clarinete solo - Blas Emilio Atehortúa

Análisis para la interpretación de las Tres piezas para clarinete solo Las Tres piezas para clarinete solo Op.165 No. 1 de Blas E. Atehortúa están estructuradas sobre la base de tres formas musicales barrocas desarrolladas con un lenguaje que se nutre de las técnicas compositivas y la estética característica tanto de la música tradicional, como de la contemporánea. Esta especie de sincretismo entre los procedimientos más tradicionales frente a las innovaciones técnicas y compositivas del siglo XX dan como resultado una estética musical nueva, definitivamente contemporánea, con una gran riqueza de elementos musicales pertenecientes a diferentes épocas, pero que se unen para presentar un resultado único y actual. La obra del maestro Blas Atehortúa nos recuerda que a partir de lo tradicional es posible innovar, renovar, actualizar. Es decir, que los modelos clásicos no se agotan, que hay infinitas posibilidades de reinventa

Son treinta ¡Salud!

Los treinta son esa edad en la que una supone que tendrá la vida prácticamente hecha. Así nos lo han hecho creer las tías y abuelas de una generación como la mía que creció con sus lecciones, trazándose metas que eran las de ellas mismas y no las nuestras, pero que debíamos cumplir para “ser alguien en la vida”: estar casada, tener el trabajo de los sueños, el cuerpo perfecto, haber viajado alrededor del mundo, ser mamá o tener una casa propia.  A eso le llaman éxito la mayoría de familias colombianas y quien no conquista esa cima no es otra cosa que un fracasado. Al acercarse la fecha en la que me subiría al tercer piso, no fue extraño tener insomnio, hacerme preguntas existenciales y caer en el juego de comparar expectativas versus realidad. ¿El resultado? No había nada chequeado en la lista. Una de las primeras canciones que me aprendí de pequeña fue Pies descalzos de Shakira. Repetía como mantra cada una de las estrofas y, en particular, se me quedó grabada esta frase en la memor